En infinito damero se abraza el cuento.
De dos en uno. De uno intenso.
Tú en mi, y en ti, mi yo completo.
Volvemos a hacerlo,
a la vista de todos,
en delicioso encuentro.
Tú sales.
Yo entro.
En vaivén se acaba el desierto.
Corren ríos en vuelo eterno.
Quédate en mis labios.
Fúndeme en tu cielo.
Somos uno, infinitamente eternos.
. . .
EL DEMONIO Y EL ÁNGEL...
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*Un demonio seductor,*
*nos va inyectando su orgullo,*
*sus dudas y cobardía;*
*él cuida de nuestro ego*
*con cautela y osadía.*
*Su lógica realista,*
*con...
Hace 1 día
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