Senti tu compañia"..
Gracias totales!
Que en paz descanse, Juan Alberto Badia.
Estamos juntos.
En tanto a ti, que te toca ser tú,
deja de ser tú, para que seamos nosotros.
Entreteje el cielo en tierra,
en dulces lazos de soles.
Bésame despacio.
Tócame en voces.
Quédate perpetua,
en el amor que me vuelve hombre.
Te amo eterno, desde que somos enormes.
. . .
Sin cielo, el sol de fuego.
El recuerdo de tus tiempos te atrapa el viento.
Rugosamente eterno, acaricio el juego
de ser tu en mi, de ser yo en besos.
Quédate en silencio.
Disfruta el encuentro que reconoces de lejos,
y adoras en cuerpo.
Te amo infinitamente cielo.
. . .
Entumecido el silencio
en gotas de aliento.
Desespera el cuento
de viejos misterios.
Toma mi mano
envuelta en besos.
Derrite la sombra
con un simple bostezo.
Te amo infinitamente eterno.
. . .
¿Que acaso el agua no arde en fuego?
¿Que acaso el viento no se entierra en silencios?
Todo es posible en infinito decreto.
Y se envuelven los tiempos para aletargar el encuentro.
De dos en uno, de dos en cielo.
Mientras ocurre el canto de seres secretos,
que reconocieron el toque de miradas de besos.
Sin ti el todo, en ti la nada.
Y reconoces que eres cuerpo sin alma.
En ti, nosotros: el todo que envuelve la calma.
Y te viste de santo para evitar las pisadas.
Te amo eterno, hasta el final de la batalla.
. . .
Envuelta en llamas
buscas refugio en tu almohada.
Caricia fría que el agua contamina.
Late insistente el pecho ardiente.
En rueda mareas el viento de tierra.
¿Y tú qué crees que no quisiera cambiar vereda?
¿Y tú qué crees que no lato en tu misma marea?
En ti, me tienes.
En ti, serena.
Abrazo tu alma.
De adentro hacia afuera.
Respira en calma.
En luz de cielo te envuelvo bella.
Lo sabes, siéntelo…
Te amo eterna.
. . .
Calma este deseo de ser uno en uno.
De verte en espejos rotos.
Que sin ti, la nada.
Que contigo, el todo.
Despiertas mi alma
al deseo del otro.
El viento recorre límites.
Sopla cuentos rotos.
Yo sin ti, la nada.
Tú en mí, el todo.
Vuelve al latido del alma.
Allí estamos unidos.
En infinito encuentro.
De besos deliciosos.
Te amo eternamente.
En secreto tesoro.
. . .
Sal del nido.
En alas de destino.
Despiertan tus oídos.
Recuperas el latido.
Todo amanece en tiempo bendito.
Se arrollan velos.
Se abren caminos.
En ti, todo.
En mi sentido.
Estamos juntos.
En tiempo de espacio infinito.
Te amo por los siglos de los siglos.
. . .
Bella.
Bello.
Bellísimo.
Recuéstate en nuestro encuentro.
Recuperarás el tiempo.
Donde uno en uno, iluminamos el sendero.
En tu paz y mi ciencia.
En tu vientre y mis besos.
En ti, nace el mundo.
En mi, termina el misterio.
Lo sabes.
Lo sientes.
Lo hueles.
Te amo eternamente eterno.
. . .
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