Llegó el cielo.
Se acuna en brazos tiernos
que miran reflejos de infinitos destellos.
Creciste niño.
Jugaste bello,
hasta el tiempo de ser hombre sabio.
De caminar la tierra en huesos.
En luz primera coronaste tu secreto,
de tu caricia lenta en mirada de besos.
Aquí te espero envuelta en tiempo,
para que me recuerdes el amor que en siglos nos tenemos.
A tus pies estoy, a tus pies me quedo.
Te adoro, mi señor eterno.
. . .
LOS MISILES DE CERVANTES II
-
*Tu trote de siglos y leyendas, taladra mi mente, *
*me impulsa a otra dimensión entre la realidad y el sueño...*
*quizá a ese estado de "locura", que t...
Hace 11 horas
0 comentario(s):
Publicar un comentario