Pedido

lunes, 6 de agosto de 2012


Luz eterna,
que derramas en mis venas,
calma el fuego que arde en tierra.
En ti, sereno descanso sin huellas.
En labios tibios de dulces fronteras.
En ti, vivo.
Desángrame las tinieblas.
Que el resplandor revele,
el juego de la memoria completa.
. . .

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