Rueda

viernes, 16 de diciembre de 2011


Abre fuerte el sonido de tu mente.
Traspasa serena el secreto de tu tierra.
Vierte débil el olor de tu alma inquieta,
que todo lo que brilla, no es cielo...
que todo lo que se oculta, no es caldera.
Tan solo sé nosotros, en brisa serena
de caricias suaves.
En largas praderas.
Respíranos en silencio.
Camínanos en vereda.
Somos uno en eterna promesa.

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